Seguramente en el colegio te enseñaron que la ovulación es un proceso natural que ocurre en la mujer y es cuando el cuerpo se prepara para la posibilidad de tener un bebé. Si buscas en internet encontrarás que la ovulación “es un proceso fundamental en la reproducción femenina y es necesario para la fertilidad”.
Pero, ¡la ovulación es mucho más que eso! La ovulación no es la historia de un “óvulo” “esperando” ser fecundado por un espermatozoide heroico.
La ovulación es compleja. Ovular es el mecanismo que tienen nuestros ovarios para producir hormonas.
Por eso, nos urge hablar de ovulación, porque nos debe preocupar cada día y no solo solo cuando queramos ser mamás.
1.- La ovulación es un proceso vital para nuestro cuerpo. Sin embargo, se suprime de rutina con fármacos anticonceptivos, incluso en mujeres sanas.
2.- Necesitamos reconocer si ovulamos o no: en casa y de forma autogestionada.
3.- La ovulación es un proceso sensible que puede postergarse cuando estás bajo altos niveles de estrés (emocional o físico), cuando te exiges y te desconectas.
4.- De ahí que ovular equivale a salud, más allá de si quieres un embarazo.
5.- Muchos químicos de tu propia casa (cosméticos, productos de higiene personal y menstrual, plásticos, insecticidas, colorantes, conservantes, etc.) y contaminantes presentes en el aire y el agua, funcionan como “disruptores endocrinos” que confunden nuestro sistema hormonal y desregulan el proceso ovulatorio.
6.- La ovulación es el evento central del ciclo menstrual. La menstruación es la consecuencia de un ciclo ovulatorio donde no ha habido fecundación ni implantación. Sangrados hay muchos, pero ovulación solo hay una ¡Cuídala!
7.- Si deseas conectar con tu ovulación vas a necesitar seguridad, confianza y vitalidad para adentrarte en este mundo. ¡Y yo sé que puedes!