La conversación sobre la “fertilidad” y la búsqueda del embarazo se ha centrado en las mujeres; pero NO es así. Si bien los hombres pueden producir esperma durante toda su vida, este es solo UNO de los factores responsables de la fertilidad masculina. Su alimentación, hábitos y salud general también juegan un papel importante ¡Acá te contamos!
No es secreto que tener un hijo es un proceso que involucra a ambos miembros de la pareja y que el material genético es 50-50. Sin embargo, tradicionalmente se ha creído que la fertilidad es una responsabilidad femenina. Un ejemplo de esto es que cuando se habla de infertilidad el foco se sigue poniendo en las mujeres. Se nos invita abiertamente a congelar óvulos y se nos persigue por la edad, mientras se asume que la fertilidad masculina permanece inmutable en el tiempo. La verdad es que no es así.
“A nivel mundial el factor masculino (volumen, concentración y movilidad del esperma ), está asociado al 50% de los casos de esterilidad en pareja, y en el 30% es el único responsable”.
Los problemas relacionados con la salud reproductiva masculina pueden ser tan frecuentes como los de la mujer. Hoy en día, una de las preocupaciones más grandes que tenemos en torno a la fertilidad tiene que ver con que la calidad espermática está en declive.
«La concentración de espermatozoides que liberan los hombres durante la eyaculación ha caído un 51% durante los últimos 50 años», señalan una serie de estudios realizados en Estados Unidos.
La calidad seminal afecta directamente la fertilidad masculina. Se necesitan miles de espermatozoides (en buenas condiciones) cerca del óvulo para que uno pueda fecundarlo. Si cada vez los hombres producen menos cantidad y de baja calidad, las probabilidades de concepción natural disminuirán considerablemente. “Entre el 30% y el 50% de los hombres en edad fértil presentan una calidad de esperma baja”. (OMS).
Los tres parámetros más representativos para definir la calidad del semen son la concentración, movilidad y morfología. “En sólo 10 años, la Organización Mundial de la Salud ha rebajado de +20 millones de espermatozoides a sólo 15 millones por mililitro el límite por el cual se considera a un hombre fértil”.
Considerada como una posible crisis emergente, no sólo preocupa por su relación con la fertilidad masculina, sino que también porque refleja el estado de salud de los hombres.
Uso de celular y computador cerca de los testículos: estos aparatos generan calor y radiación, lo cual puede afectar la producción y calidad del esperma. Los testículos están fuera del cuerpo precisamente para mantenerse a una temperatura más baja que la del cuerpo central, y cualquier incremento en la temperatura puede ser perjudicial para la espermatogénesis.
Alimentación: alimentos con exceso en grasa, procesados o cargados de azúcar o cafeína, se han asociado con una disminución en el conteo y la motilidad de los espermatozoides. Una dieta equilibrada y rica en nutrientes no solo contribuye al bienestar físico y mental, sino que también tiene un impacto significativo en la calidad del esperma.
Sedentarismo: la actividad física regular ayuda a mantener un peso saludable, mejora la circulación sanguínea y reduce el estrés, todos factores importantes para una buena salud reproductiva.
Vivir en estado de alerta: la disminución espermática se ve potenciada por el estresante ritmo de vida que hoy tiene la sociedad. A su vez el estrés altera el equilibrio hormonal en el cuerpo, al aumentar los niveles de cortisol, una hormona que puede inhibir la producción de testosterona, que es crucial para la producción de esperma.
Consumo de alcohol y tabaco: el consumo, tanto moderado como excesivo, de alcohol puede alterar los niveles hormonales, dañar el hígado y afectar la producción de esperma. Por otra parte, se ha comprobado que los hombres que fuman tienden a tener menos esperma, con menos movilidad y mayor cantidad de esperma anormal .
Falta de sol: la exposición al sol ayuda al cuerpo a producir vitamina D, que es esencial para la producción de esperma saludable. La deficiencia de vitamina D se ha asociado con una reducción en la calidad del esperma y en la fertilidad masculina.
Los disruptores endocrinos: al igual que en la mujer, estas sustancias químicas son capaces de alterar el equilibrio hormonal, de interrumpir procesos fisiológicos controlados por hormonas o modificar la intensidad de la respuesta a las mismas ¿Dónde se encuentran estos y cómo evitarlos? Revisa este blog post.