Cuando tenemos semanas complejas a nivel emocional con tristeza, angustia, estrés o presión, es posible observar las implicaciones de estos procesos en nuestra salud y en nuestro ciclo.
Nuestro cuerpo es sabio y está diseñado para administrar de la mejor manera sus recursos. Un cuerpo estresado, triste o angustiado es un cuerpo que gestiona con urgencia lo que tiene y que empieza a priorizar algunas funciones sobre otras.
Una de las cosas que podemos estar viviendo es que nuestro cuerpo de repente ha decidido no ovular. ¿Podemos dejar de latir? Quizás no. ¿Podemos dejar de respirar? Parece que tampoco. ¿Podemos dejar de ovular? No es la mejor idea, pero tal vez podríamos ponerlo en stand by mientras salimos de esta urgencia. Y bueno… así es como nuestro cuerpo puede decidir dejar de ovular o postergar este proceso mientras todo vuelve relativamente a la calma
Las emociones son procesos orgánicos. Bajo estados de emergencia, nuestro cuerpo se enfoca en la defensa, prioriza la producción de cortisol y posterga las funciones reproductivas.
El cortisol es la hormona de la lucha y la supervivencia: aumenta nuestra presión arterial, nuestra frecuencia cardíaca, le entrega mayor energía a nuestros músculos.
Sin embargo, el cortisol a mediano plazo debilita nuestro sistema inmunológico, reduce la sensibilidad a la insulina, afecta el hipotálamo y altera la comunicación entre tu cerebro y tus ovarios. Tu cuerpo puede decidir dejar la ovulación para después, o bien suprimirla por completo.
Una verdadera menstruación es el sangrado que ocurre unos 10 a 16 días luego de producirse la ovulación. Un ciclo ovulatorio tiene por lo menos unos 21 días.
Cuando no ovulamos, no secretamos progesterona. La progesterona es una hormona ovárica que se secreta en el periodo post-ovulatorio. Sin ovulación, estamos bajo el efecto continuo del estrógeno y nuestro endometrio (capa interna del útero) continúa creciendo gradualmente hasta alcanzar altos niveles de esta hormona, o bien de este tejido.
Nuestro cuerpo puede producir sangrado mientras regula los niveles de estrógeno. Este sangrado puede parecer menstrual pero no lo es. Si no hay ovulación, en estricto rigor no hay menstruación.
Una forma efectiva, económica y auto-gestionada de confirmar la ovulación es medir tu temperatura basal a lo largo del ciclo : en el periodo post-ovulatorio veremos un ascenso sostenido de temperatura que permanecerá hasta la próxima menstruación.
Los altos niveles de estrés afectan la comunicación de la glándula pituitaria con nuestros ovarios. Esto hace que las señales cerebrales asociadas a la reproducción se debiliten y nuestras hormonas ováricas alteren sus concentraciones óptimas.
Uno de los desbalances más recurrente en tiempos de crisis tiene que ver con un exceso de estrógeno y una baja de progesterona. Algunos de los síntomas que podemos esperar bajo estas circunstancias:
1. Menstruaciones muy dolorosas
2. Sangrado muy prolongado
3. Sangrado demasiado abundante
4. Flujo excesivo
5. Sindrome Pre-menstrual: cambios de ánimo fuertes y drásticos
6. Dolor de senos agudo
7. Retención de líquido
8. Ansiedad
9. Acné
10. Dolores de cabeza